El Camino del Cid (XI) El Ramal de Castellón

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Esta es la última ruta de las once con las que cuenta el Camino del Cid, se trata de un ramal que va desde Sagunto hasta Castellón de unos 44 kilómetros Una ruta que puede realizarse en coche o moto en un día. Con el Ramal de Castellón finalizamos este repaso al Camino del Cid que hemos realizado durante estas últimas semanas.

Estamos ante un pequeño ramal de gran densidad cidiana. En la época del Cid la costa de Castellón era esencial para preservar la integridad de Valencia, por lo que el Cid conquistó -histórica y literariamente- algunas de estas poblaciones, como Sagunto o Almenara, donde existe un yacimiento arqueológico llamado Punt del Cid, un recinto amurallado que se piensa fue construido por el Cid durante el asedio a la fortaleza.

Algo parecido puede decirse de Burriana, donde el Cid histórico estuvo en varias ocasiones al servicio de al Qadir, señor de Valencia. En noviembre de 1094 se encontró en esta población con Pedro I de Aragón, con quien cerró un tratado de ayuda mutua.

Los aragoneses, que buscaban su salida al mar, se habían apoderado de varias fortalezas en este territorio y encontraron en el Cid un aliado natural. De hecho, en 1097 Pedro I y el Cid tuvieron que aplastar la sublevación de la población musulmana de algunas de esas fortalezas, entre las que se contaba el castillo del Fadrell o Castell Vell, a 7 kilómetros de la actual Castellón y origen de la ciudad, lugar donde termina este ramal, y cuya visita aprovechamos para comer un buen arroz y ver algunos restos de gótico tardío en las puertas de la concatedral de Santa María o en El Fadrí, su torre campanario.

 Que vamos a encontrar

Este pequeño ramal une la milenaria Sagunto (que junto con Burriana y Castellón son las tres poblaciones declaradas Conjunto Histórico y/o Artístico) con Castellón y transcurre bajo la sombra de las sierras que corren paralelas a la costa, por cultivos de naranjos y junto a suaves y cálidas playas.

Se trata de un corto recorrido por la costa, principalmente castellonense, que conduce al viajero sin prisa a algunas playas sorprendentemente tranquilas durante buena parte del año, como las de Burriana, Chilches o Nules, mientras imagina, ante la visión de las fortalezas de Sagunto y Almenara, las peripecias del Cid o el desamparo de los habitantes musulmanes locales al paso de los distintos ejércitos y mesnadas que recorrieron esta zona durante la Edad Media, sujeta igualmente a los ataques de los piratas.

Precisamente estos ataques de los piratas son el motivo de la existencia de Mascarell, una pedanía de Nules, se trata de una pequeña población amurallada que se construyó en el siglo XVI para proteger a la población de las razzias de los piratas berberiscos.

La buena mesa del Cid

El gran protagonista gastronómico de este recorrido es el arroz preparado en sus múltiples variantes: paella, arroz a banda, al horno, negro, con calabaza, en postres…

Los pescados incluyen todas las variedades mediterráneas preparados de infinidad de formas, como por ejemplo el suquet de peix, un guiso muy sabroso.

De paso, se pueden probar los vinos de la D.O. Valencia y de la IGP Tierra de Castelló.

Por último, aquí se producen algunas de las variedades de naranjas y mandarinas más famosas del mundo, como las Clemenules, pruébalas en temporada y quizá te sorprenda el sabor de una naranja de verdad. 

*Información e imágenes extraídas de www.caminodelcid.org.

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