La Asociación Cultural El Camino del Santo Grial promueve esta rutacon motivo del arranque del III Año Jubilar
La Asociación Cultural El Camino del Santo Grial ha puesto en marcha diferentes iniciativas para difundir y promover el peregrinaje por los 159 municipios que conforman el itinerario español de El Camino del Santo Grial de Aragón a Valencia ciudad, con motivo del III Año Santo Jubilar del Santo Cáliz, concedido por la Santa Sede en 2015 y que arranca el próximo 30 de octubre.
Un itinerario en la provincia de Castellón que atraviesa 12 municipios a lo largo de un recorrido de 50 kilómetros, que comienza en Barracas y continúa por Pina de Montalgrao, Caudiel, Benafer, Jérica, Navajas, Altura, Segorbe, Geldo, Villatorcas, Soneja y Sot de Ferrer.
Asimismo, la asociación ha contactado con los diferentes ayuntamientos, entidades y colectivos castellonenses, que forman parte del itinerario en sus diferentes municipios, etapas y emplazamientos, para facilitar la coordinación local, al tiempo que transmitir las condiciones establecidas por la Catedral de Valencia para garantizar la atención al peregrino en su llegada a la ciudad de València.
De hecho, la Catedral ha definido un protocolo específico para recibir a los peregrinos que hayan realizado El Camino del Santo Grial y deseen acceder a la Capilla del Santo Cáliz con el sello de la Catedral de Valencia en la credencial de peregrinación.
Para ello, deberán anunciar previamente su llegada escribiendo a patrimonio@catedralvalencia.es. Una vez en València, podrán acudir al Centro de Atención al Peregrino, en las inmediaciones de la catedral, y presentar su credencial con al menos un cuño de alguna de las etapas del camino realizadas. Allí recibirán el sello catedralicio y podrán acceder gratuitamente a la Capilla del Santo Cáliz, donde culminarán su camino con oración y obtendrán la indulgencia plenaria.
Además, la Asociación Cultural El Camino del Santo Grial entregará un diploma acreditativo a quienes realicen el trayecto a pie, a caballo o en bicicleta desde al menos la localidad de Albentosa, situada en la provincia de Teruel, para hermanar ambas comunidades autónomas.

Oportunidad para los municipios: visibilidad y desarrollo local
La asociación asegura que formar parte del Camino representa para los municipios castellonenses una oportunidad de posicionamiento cultural y de desarrollo local. “Este itinerario, en proceso de ser reconocido oficialmente como «Itinerario Cultural Europeo» del Consejo de Europa, permitirá a las localidades implicadas aumentar su visibilidad internacional al integrarse en una red europea de peregrinación junto a destinos como Roma, Jerusalén o Santiago de Compostela”, explican desde el colectivo.
Por ello, la asociación invita a las entidades culturales y turísticas de la zona a colaborar en la difusión del Año Jubilar y en la acogida de peregrinos.
Asimismo, remarcan que favorecerá el impulso de la regeneración del territorio de los municipios por donde pasa, atrayendo visitantes solidarios que valoran el patrimonio local y la sostenibilidad, ya que forma parte de la Red Mundial de Rutas Inteligentes, Solidarias y Regenerativas.
En este contexto, aseguran que “esta dinámica contribuirá a la dinamización social y económica de los municipios, mediante la interacción con los residentes y la prestación de servicios de acogida, restauración, alojamiento y comercio vinculado al peregrinaje”.
La provincia de Castellón, punto clave en el Camino
La provincia de Castellón representa el tramo de entrada del Santo Grial en la Comunitat Valenciana, cuando la reliquia, tras siglos custodiada en el Reino de Aragón, emprendió su último viaje hacia València a principios del siglo XV bajo la protección de la reina viuda Margarita de Prades, esposa del fallecido rey Martín I el Humano.
Por los caminos del Alto Palancia, atravesando localidades como Barracas, Caudiel, Jérica o Segorbe, el Santo Cáliz fue transportado en un trayecto que unía los antiguos dominios aragoneses con la capital del Turia. Este territorio, custodiado por órdenes religiosas y nobles leales a la Corona, garantizó la seguridad del sagrado objeto antes de su llegada a la Catedral de València en 1437.

















