La Cooperativa de Viver lanza la nueva añada de “Ochenta y siete cubos” (2024) con series limitadas de las variedades recuperadas Morenillo y Pampolat
El varietal de Pampolat ‘Ochenta y Siete Cubos’ de la añada 2023 de la Cooperativa de Viver ha sido nominado a Vino Revelación de la Guía Peñín 2026, cuyo equipo de cata ha subrayado el carácter expresivo de este vino de capa baja que considera “la demostración de que un nuevo camino se puede abrir para los vinos de la enigmática región de Castellón”.
Acompañando a este hito, que reconoce la singularidad y el potencial de este proyecto enológico, la Cooperativa de Viver lanza la añada 2024 de ‘Ochenta y Siete Cubos’ Pampolat y Morenillo, los dos varietales elaborados con estas uvas autóctonas prefiloxéricas de la comarca del Alto Palancia recuperadas tras un intenso trabajo de arqueología vegetal y con vinificaciones de mínima intervención para preservar su pureza e identidad.
“Nuestro objetivo con ‘Ochenta y Siete Cubos’ es mostrar el carácter del Alto Palancia, expresar con nitidez nuestro paisaje a través de decisiones de campo y bodega muy meditadas. La nominación del Pampolat a Vino Revelación de la Guía Peñín 2026 es un aval externo que confirma que vamos por el camino correcto: precisión, frescura y respeto por la variedad. La añada 2024 mantiene la tensión ácida, la pureza y la lectura directa de suelo que perseguimos con este proyecto”, señala Paco Ribelles, director del Área Agro de la Cooperativa de Viver.
Dos varietales con acento mediterráneo
La nueva añada llega con ediciones muy limitadas, con 314 botellas de Pampolat y 644 de Morenillo de 2024 numeradas a mano, si bien han aumentado en número respecto a la añada anterior. Dos vinos precisos, de graduación contenida y lectura directa del territorio, pensados para quienes buscan exclusividad y autenticidad, para sumillería curiosa y para aficionados que buscan piezas con relato y trazo fino más que volumen.
Morenillo 2024 se presenta con cuerpo ligero-medio, tanino fino y una fruta roja limpia que deja lugar a especias suaves, con recuerdos de tierra húmeda y una sensación de trago largo. No busca músculo, sino ritmo y amabilidad en boca; funciona en mesa con arroces de temporada, guisos suaves y embutidos finos, servido en torno a 14–15 ºC en copa de tinto ligero.
Pampolat 2024 ofrece otro registro: fruta azul y negra crujiente, nervio ácido y una textura tersa que finaliza con un apunte salino. Presenta un despliegue de notas florales y herbales (jara, tomillo, laurel), un trazo férreo que recuerda al rodeno y una boca equilibrada y etérea, fiel al carácter que ya se apuntó en la añada inaugural. Es un tinto que agradece la cocina de huerta asada, aves y brasas medias, también servido en torno a 14–15 ºC. La nominación a Vino Revelación 2026 de la Guía Peñín corresponde a la añada 2023, hoy referencia para entender el potencial de la variedad.
De la arqueología vegetal a la copa
El trabajo parte de la recuperación de variedades prefiloxéricas: Pampolat, Morenillo de La Hoya y Mondragón (esta última todavía en fase de observación y pruebas), identificadas con apoyo del Servicio de Sanidad Vegetal de la Generalitat Valenciana y cuyos antecedentes ya habían sido citados por el agrónomo Nicolás García de los Salmones a inicios del siglo XX. La UPV–COMAV confirmó genéticamente el material vegetal y el Centro de Ampelografía ‘El Encín’ completó su caracterización, pasos clave para su registro como uvas de vinificación en la Comunitat Valenciana.
La elaboración se planteó desde el inicio con una escala e intervención mínimas, con extracción suave y empleo de damajuanas de cristal para preservar pureza y textura, bajo el asesoramiento técnico de la consultora enológica de Pepe Mendoza y Maloles Blázquez, Uva Destino. Los viñedos se asientan sobre suelos calizos y de rodeno, entre 500 y 700 m de altitud, donde el microclima firma vinos de graduación contenida, acidez viva y perfil gastronómico.
El nombre ‘Ochenta y Siete Cubos’ homenajea los 87 cubos-lagar de piedra, documentados desde el siglo XVI, que marcaron la elaboración tradicional del vino en Viver, un paisaje cultural que la filoxera truncó en 1915. Recuperar ese hilo, con rigor técnico y mirada contemporánea, es la esencia del proyecto.
Los vinos ya se pueden adquirir en la agrotienda de la Cooperativa de Viver, en su tienda online y en una red selecta de establecimientos. Dadas las cifras de tirada, la venta se mantendrá hasta fin de existencias.