El aperitivo, tradición social por excelencia en España, puede disfrutarse de forma saludable sin perder sabor ni variedad
Si hay un momento social en España por excelencia, ese es el aperitivo. Es esa pausa a media mañana o antes de comer que se ha convertido en todo un ritual: compartir una mesa con amigos o familia y disfrutar de una conversación acompañada de algo de picar. Patatas bravas, aceitunas, croquetas o calamares suelen reinar en las terrazas alrededor de la 13:00h y, aunque no hay que caer en demonizar alimentos o clasificarlos en «buenos» o «malos», lo cierto es que la frecuencia con que los consumimos influye en nuestro patrón de alimentación y puede tener un impacto en nuestra salud a largo plazo. Lejos de eliminar este momento tan arraigado en nuestra cultura, los expertos insisten en la importancia de aprender a elegir. «No se trata de prohibir, sino de encontrar la manera de disfrutar de la tradición del aperitivo con opciones más ligeras y nutritivas que aporten variedad a la dieta«, explica Isabel Martorell, doctora en Biomedicina y responsable del equipo de Nutrición y Salud de Nootric. De hecho, introducir alternativas saludables no solo ayuda a cuidar el organismo, sino que también puede sorprender al paladar con combinaciones frescas y llenas de sabor. El Día Mundial del Aperitivo es una oportunidad ideal para reivindicar esta costumbre como un espacio social y gastronómico que puede ser compatible con un patrón de alimentación equilibrado y saludable. El equipo de nutricionistas de Nootric nos propone tres opciones para disfrutar de este ritual sin comprometer el bienestar digestivo: Brochetas de tomate Cherry, mozzarella y albahaca. Los tomates cherry son una fuente natural de licopeno, un potente antioxidante que protege las células del daño oxidativo. La mozzarella aporta proteínas y calcio, fundamentales para la salud muscular y ósea, mientras que la albahaca añade frescor y compuestos bioactivos con propiedades antiinflamatorias. Todo ello, aderezado con un chorrito de aceite de oliva virgen extra, constituye una opción ligera, nutritiva y llena de sabor. Hummus con crudités de verduras. El hummus, elaborado a base de garbanzos, aporta proteínas vegetales de calidad y fibra que contribuyen a una mejor digestión y al control del apetito. Además, las legumbres son ricas en minerales como el hierro y el magnesio. Acompañarlo con bastones de zanahoria, pepino, apio añade color al plato y suma una dosis extra de vitaminas, antioxidantes y agua, ayudando a mantener una adecuada hidratación. Una preparación saciante, fresca y muy versátil que convierte cualquier aperitivo en un momento nutritivo. Boquerones en vinagre con pan integral. Los boquerones son un pescado azul rico en ácidos grasos omega-3, conocidos por su papel en la salud cardiovascular y su capacidad para reducir procesos inflamatorios. Al estar marinados en vinagre, se convierten en un plato refrescante y fácil de digerir. Si se acompañan de una rebanada de pan integral, se añade fibra, favoreciendo una digestión más equilibrada. Es una opción tradicional que, con un pequeño ajuste, se convierte en un aperitivo saludable y completo. «Cuando proponemos alternativas saludables no significa que haya que desterrar para siempre las croquetas o las bravas, sino aprender a equilibrar«, explica Martorell. «La clave está en la frecuencia y en la variedad y, sobre todo, en no olvidar que el aperitivo es también un momento de conexión social que aporta bienestar más allá de lo físico«, añade la doctora. Cuidar lo que comemos no significa renunciar a las costumbres que nos hacen disfrutar. Pequeños cambios en la mesa permiten mantener viva la tradición del aperitivo, adaptándola a nuestras necesidades nutricionales. Disfrutar y cuidarse no son caminos opuestos, sino dos caras de la misma moneda. |